Los tratamientos de embellecimiento con ácido hialurónico están a la orden del día, cada día mujeres de todas las edades, de hecho, cada vez más jóvenes, recurren a ellos para mejorar su aspecto. Con el ácido hialurónico podemos conseguir resultados naturales, embellecer y armonizar nuestro rostro; pero es habitual ante la primera vez que uno se somete a un tratamiento de ácido hialurónico que nos surjan dudas y miedos al respecto.

Por ello, en este post trato de contarte todo lo que tienes que saber antes de someterte a un tratamiento médico estético con ácido hialurónico.

Tras años de experiencia, he recopilado cuáles son las preguntas frecuentes que surgen sobre la infiltración de ácido hialurónico.

¿Qué es el ácido hialurónico?

El ácido hialurónico es una sustancia que se encuentra de forma natural en nuestro organismo. Constituye, por ello, un relleno bio compatible y reabsorbible.

¿Cuánto dura el ácido hialurónico?

Lo habitual es que se prolongue entre 6 y 18 meses. Aunque se está observando que parte del ácido hialurónico infiltrado perdura por mucho más tiempo. Esto a la larga supone que, cuando uno se realiza un segundo tratamiento, estaremos en un mejor punto de partida.

Al haberse conservado un 20% o 30% de producto, quizás la siguiente vez necesitemos emplear menor cantidad de ácido hialurónico.

¿Qué es lo más asusta de un tratamiento con ácido hialurónico?

El principal miedo o inquietud que surge es la naturalidad. Y es que durante muchos años se han visto muchas caras artificiales, que comúnmente conocemos como “recauchutadas”. Es lo primero que mis pacientes suelen remarcar: su deseo de huir de ello.

Personalmente huyo de ese efecto, que considero feo y antiestético. Pero si bien es cierto que en el pasado se hicieron muchas cosas mal, afortunadamente hemos avanzado para mejor en este sentido.

El principal error de entonces es que se empleaban rellenos no reabsorbibles y eso degeneraba en ese efecto de artificialidad.

El éxito de un tratamiento con ácido hialurónico es que se nos vea más favorecidos, como con “el guapo subido”, pero sin que se note exactamente el por qué. Para los médicos estéticos ése es el mayor éxito que podemos experimentar. De ahí que la máxima naturalidad sea la piedra angular de mi trabajo.

¿Para qué sirve el ácido hialurónico?

Actualmente trabajamos el ácido hialurónico de forma distinta a lo que se hacía en el pasado. Y se ha descubierto, con los años, que el ácido hialurónico no solo tiene la capacidad de rellenar, hidratar, o voluminizar, sino que también se ha demostrado que puede reposicionar tejidos, consiguiendo un efecto ‘lifting’.

Esta capacidad se consigue trabajando con los ligamentos de retención (aquellas estructuras que nos sostienen el rostro y que con el paso del tiempo se van haciendo más laxos, con una menor tensión y capacidad de tracción).

Si empleamos ácido hialurónico en una serie de puntos estratégicos y utilizando la cantidad adecuada, conseguimos levantar el rostro.

Para conseguir este efecto ‘lifting’, en un rostro que no sea muy joven, se requerirá de un empleo mayor de producto. Por ello, conviene recordar que no es algo barato.

Otra capacidad del ácido hialurónico es la de captar agua. Por ello, es capaz de hidratar nuestra piel y estimular la producción de colágeno.

¿Qué tipos de ácido hialurónico hay?

No reticulados: muy fluidos. Son los que empleamos para hidratar. Son perfectos para tratar pieles muy secas o deshidratadas. Un tratamiento de mesoterapia facial con vitaminas es perfecto para aportar más jugosidad, hidratación y luminosidad a la piel de tu rostro.

Reticulados (más fluidos o más densos). En función de la zona a tratar emplearemos uno u otro.

Por ejemplo, para el relleno de labios, recurrimos a un ácido hialurónico de reticulación leve o media. Para generar estructura en la línea del mentón, pómulos o línea mandibular, emplearemos un ácido hialurónico con mayor densidad.

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¿Duele inyectarse ácido hialurónico?

El umbral del dolor de cada paciente es variable. Salvo la zona del labio que es una zona especialmente sensible, donde yo siempre aplico crema anestésica previa al tratamiento, yo diría que en el resto de las zonas del rostro es un dolor tolerable.

En un primer momento la sensación que notarás es la del pinchacito y a continuación una sensación como de “presión” (pero no una presión dolorosa). Ante una sensación de dolor más intenso o de pequeño calambre (si tocásemos alguna terminación nerviosa) lo mejor es comunicárselo al médico que te lo está aplicando.

La mayoría de los ácidos hialurónicos llevan lidocaína en su composición, un anestésico, que va adormeciendo la zona según se va infiltrando. Por eso es normal sentir esa especie de sensación de “acorchamiento” o entumecimiento. No debéis asustaros por ello.

Posibles efectos secundarios de la infiltración de ácido hialurónico

¿Qué se siente después de inyectarse ácido hialurónico?

Los efectos secundarios más habituales son: una pequeña inflamación local, zona dolorida, aparición de hematomas. Por ello debes programar el tratamiento con ácido hialurónico con antelación, separado de algún evento especial, para evitar esta apariencia.

También conviene recordar que: a mayor cantidad de producto infiltrado, mayor inflamación. Y a mayor número de pinchazos, mayor probabilidad de hematomas.

Los “bultitos” que suelen también aparecer pueden ser: hematomas, la misma inflamación o el producto. El ácido hialurónico necesita un tiempo para integrarse; y en función en la densidad, también requerirá más tiempo.

Si pasadas las 3-4 semanas sigues notando estos pequeños bultos, solemos recomendar masajear estos “nodulitos” con tu crema hidratante, y finalmente, se terminan deshaciendo.

También puede darse que quede una zona un poco pigmentada o más rojita, lo que podría permanecer algunos días o semanas. Pero con el tiempo y tratamiento adecuado se irá solucionando.

¿Puedo ponerme ácido hialurónico en cualquier centro por un reclamo publicitario?

Siempre os insisto que los tratamientos médico estéticos los dejéis en manos de médicos con la cualificación y experiencia adecuados, y que, además, sepan reconocer y tratar cualquier efecto secundario para resolverlo.

A su vez, es fundamental recurrir al empleo de ácido hialurónico de alta gama. Es preferible gastarse un poquito más de dinero, acudiendo a médicos cualificados que garanticen el empleo de producto de primera calidad, a luego lamentarse por haber querido ahorrar unos euros.