Existen una serie de errores que a veces cometemos en el cuidado de nuestra piel. La mayoría de las veces por desconocimiento, o porque nadie nos ha dicho que lo estamos haciendo mal. Yo, sin ir más lejos, hasta que no me introduje de pleno en el mundo de la piel y la medicina estética, también los cometía.

Desde utilizar un tratamiento inadecuado, a no utilizar factor de protección solar, o no aplicar cada producto siguiendo un orden concreto, puede estar perjudicando tu piel. Y tú sin saberlo. Por ello, es importante saber qué hacer y qué no hacer para el cuidado de tu piel.

 

Así que, sin más, pasemos a enumerar los errores más comunes en el cuidado de la piel:

1. No aplicar fotoprotector todos los días del año.

Pensar que, en un día nublado, o que en las estaciones de otoño o invierno no es necesario aplicar fotoprotector, es un grave error. La mejor crema facial antienvejecimiento es un protector solar. Y si sólo pudieras elegir un único producto para tu piel éste debería un fotoprotector solar.

Tienes que utilizarlo todo el año, no sólo en verano. Llueva o haga sol, el protector solar es necesario inclusive, puertas adentro. No olvides que la piel tiene memoria y los cuidados que tengas con ella a lo largo de tu vida se reflejarán el día de mañana.

La recomendación oficial para la fotoprotección del rostro de forma adecuada es utilizar la cantidad que cabe en dos líneas extendidas en dos dedos. Emplea siempre fotoprotectores con un FPS de +50 y reaplica la crema cada dos o tres horas.

2. No realizar la limpieza nocturna cada día.

Tanto si has ido maquillada como si no, eliminar restos de polución, restos fotoprotector solar, suciedad y grasa acumulada durante el día es fundamental para mantener la piel sana.

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3. No lavar la cara cada mañana.

El primer paso de una buena rutina facial diaria completa comienza con la limpieza. Una piel limpia absorbe mejor los ingredientes cosméticos y, además, aumenta la eficacia de los tratamientos.

Es fundamental arrancar el día con el lavado de cara. Esto sirve para eliminar células muertas, o los principios activos aplicados la noche anterior, así como los restos de sudor que pueda haber.

4. Creer que todos los productos sirven para todas las pieles.

A cada piel, su cosmético. Identificar nuestro tipo de piel es el primer paso para darle los mejores cuidados. Elegir productos adecuados para tu caso y específicos para tus necesidades es fundamental; ya que no todo vale en este sentido. Para ello, lo mejor es que acudas a tu dermatólogo o médico estético para que determine cuáles son las necesidades de tu piel.

5. Pensar que las pieles grasas no necesitan hidratación.

La creencia de que solo las pieles secas necesitan hidratación es falsa. Todos los tipos de pieles necesitan su tratamiento hidratante, sólo que requieren uno adaptado y específico a ellas. La hidratación es fundamental para conservar la barrera cutánea saludable, sea cual sea tu tipo de piel.

La piel grasa no es una excepción; necesita también hidratación, ya que los humectantes consiguen mantener la piel mucho más sana. La clave es recurrir a productos oil-free o no comedogénicos.